15 de enero de 2014

Curas que enferman

De acuerdo con un estudio reciente, a las mujeres mayores de origen mexicano en Estados Unidos las malas relaciones con los sacerdotes les afectan la salud. Cuanto más frecuentes sean las confrontaciones con el clérigo, peor es la salud de la mujer. No ocurre así con los hombres.

Me parece claro que a estas ancianas se les ha enseñado a temer por la vida eterna y el castigo divino, que vendrán mediados por los sacerdotes (sea que ellos puedan interceder por el premio o castigo eterno, o que ellos son dueños de la verdad sobre la otra vida).  

Y para mí la conclusión es obvia: esta forma de religión resulta mala para su salud. Enseñarla es como enseñarle a los niños a fumar. Si hacemos todo lo posible por restringir el acceso de los niños al mundo del tabaco, ¿por qué no hacer lo mismo con este tipo de religión?

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